miércoles, 26 de mayo de 2010

ES CON USTED SEÑORA MINISTRA DE LA MUJER

Me dirijo a usted porque entiendo que es usted en su cargo de Ministra para los asuntos de la Mujer la encargada de representarme y que dentro de “los asuntos de la mujer” esta el asunto mas sublime de todos: el de ser madre.


Hace casi 4 meses me asesinaron a mi hijo de varios disparos frente a una panadería en Turmero ciudad en la que resido desde hace 17 años. Como yo, miles de mujeres ven caer a sus hijos e hijas, a sus maridos, a sus hermanos y a sus amigos sin que ni una sola voz se levante exigiendo justicia y un cese a esta horrenda ola de crímenes atroces que cada semana se vive en el país.

Una de las ultima veces que la vi a Ud. en Televisión, fue con un “pañuelo palestino” colgado al cuello frente a una embajada extranjera, abogando por las mujeres palestinas inmersas en un conflicto horroroso digno de nuestra solidaridad humana, pero yo le pregunto Sra. María León ¿Por qué Ud. que esta tan cerca del poder, no levanta su voz como Mujer y exige a las instituciones gubernamentales responsables de conducir este país que sean más eficaces y oportunos en cuanto a su deber de garantizar todos los derechos humanos entre ellos el mas valioso de todos los Derechos como es el Derecho a la vida?

Mi hijo se convirtió en una cifra de fin de semana. Sra. Ministra me mataron a mi hijo, tenía apenas 24 años ¿sabe cuantos hijos de esta patria mueren todos los días?

Se ha paseado por el dolor de cada mujer que queda viuda, huérfana, que debe recoger los cuerpos inertes de sus seres queridos tirados como perros en estas calles víctimas de una violencia sin control, mujeres que no tienen trabajo, que debe hacer largas colas bajo un sol inclemente para poder comprar los alimentos subsidiados por el gobierno, esas mujeres que sufren humillaciones y vejaciones a la entrada de las cárceles, las que tienen que hacer largas colas en los hospitales y salir a pedir para comprar medicinas “cuando se consiguen”, aquellas que ven como se les escapa la vida en largas e interminables vigilias frente a los organismos en busca de una vivienda digna y segura para levantar su familia, a esas mujeres dignas y valientes que transitan diariamente en los tribunales pidiendo Justicia y nadie les responde, esas que son ignoradas y luego seducidas por la esperanza de una promesa que no les acaban de cumplir.

Donde estaba usted Sra. Ministra de la Mujer cuando el Señor Presidente de la Republica dijo en cadena nacional que “todos los Venezolanos y Venezolanas deben estar armados para defender la revolución? Porque no le propone que en vez de armas todos y todas las Venezolanas podamos vivir en Paz, tener educación, tener acceso a la salud, a una vivienda digna, alimentos, servicios públicos de calidad, empleo seguro y bien remunerado, tener acceso a una justicia oportuna, seguridad y en fin a vivir una vida con dignidad hasta que Dios lo decida.

Como calmo este dolor tan grande y esta indignación? A quien acudo? Que consuelo seria verla a usted defendiendo enérgicamente mi derecho a morir rodeada de mis hijos y mis nietos y no vivir el horror de tener que enterrar a mí amado hijo.

En una sociedad como la nuestra agobiada por la desesperanza, por el odio y el resentimiento con una parte de la población armada hasta los dientes y una institucionalidad atrapada por la corrupción en todos los niveles, los ciudadanos estamos en la más completa indefensión.

Las voces de los que sufrimos persecuciones, de los que pedimos justicia, de los que clamamos por nuestros derechos se ahoga entre tantos problemas, una noticia rebasa a la otra, pero no estamos vencidos, déjeme decirle señora Ministra que nos anima un solo objetivo: hacerle honor a los que han entregado sus vidas escribiendo un capitulo oscuro en la historia de horror que estamos viviendo y que será el fiel testimonio de lo nunca más debe volver a ocurrir en nuestro país. NUNCA más.

Y por eso le pido póngase en mi lugar señora Ministra: he sido vulnerada, infamemente violentada, desgarrada en mis entrañas, mutilada en mi carne, despojada cruelmente de lo mas grande, de lo que mas amo, enterrar a un hijo señora Ministra es enterrar toda esperanza de vida, es morir viviendo, es secarse por dentro y es la impunidad de esta violencia la amenaza eterna de sufrir el miedo de volver a vivir esta pesadilla.

Es con usted.

Bebeka Pichardo
madresdelutporlaviolencia@gmail.com

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