DIARIO DE UNA AGONIA (33)

El 19 de diciembre de 2006 a las 5 y media de la tarde, vi por primera vez el rostro del dolor; del verdadero dolor. Tenía forma de Bestia, con un hocico grande y dientes muy afilados, era como un Demonio que venía a atacarme sin compasión, era tan grande que me paralizó. Claro!! lo había tenido cerca, porque el Dolor es un sentimiento que está ahí, a veces blando a veces duro, y a veces con solo ignorarlo lo escondemos y sobrevivimos a él.


Pero ese día llegó a mi puerta… yo venía por la autopista desde Valencia cuando recibí la noticia, fue un camino interminable, odioso, angustiante… interminable, casi agónico. Fueron 40 larguísimos kms que me separaban del lugar donde tendría yo que convencerme de que no era una pesadilla y cuando al fin llegué… Pues allí están todos mirándome perplejos, no hacían falta palabras, era cierto, todos me vieron derrumbarme… mutilada, desconsolada, enloqueciendo… atrapada por esa Bestia que me acosaba y que se prensaba de mi estómago para abrirme un hueco que no se cerraría Jamás.

Hoy es domingo, salí a comprar la prensa: “mi rutina” abro El Nacional, lo primero la revista Todo en Domingo paso a paso así; Primero Maitena, luego Adriana Azzi, después Rafael Osío Cabrices y si me llama la atención la entrevista del día. De Valentina quintero sólo ojeo sus artículos, tengo todos sus libros de Bitácora porque siempre hemos viajado por carretera, conocemos casi todo el país.

Luego el periódico, Ping Pong, Milagros Socorro, Alberto Barrera Tyszka, Marcos Tarre, y El Libre Pensador. Después de cumplido esta rutina, me dispongo a Leer el periódico, con calma.

Porque les cuento esto? Bueno porque hoy es domingo, un día difícil marcado por la tragedia de perder a mi amado hijo un domingo, cuando lo mandé a comprar el pan para que comiéramos, su plato quedó junto al mío, él se sentaba a mi lado izquierdo de la mesa, recuerdo que era pescado con ensalada y Vino, era la una de la tarde. No regresó Jamás.

Además hoy es 29 de agosto, hoy cumpliría años “El Negro” mi hermana, con su viaje inesperado ella me enseñó a la Bestia, que va y viene porque se alimenta de mi estómago, a veces siento cómo con sus afilados colmillos va mordiendo los bordes de ese hueco profundo y oscuro que se abrió el 19 de diciembre, es una Herida que no sana, y que en días como hoy se hace más negro, mas vacío… in-llenable, doloroso.

Hoy es domingo y la Bestia esta aquí.