jueves, 24 de junio de 2010

SUCEDIO EN CHILE

Hace poco, las madres de PATOS MALOS  encarcelados realizaron una
manifestación exigiendo los "DERECHOS" de sus hijos.

Acá está la respuesta de una madre ciudadana hacia la madre que
protestaba...

DE MADRE A MADRE:

Vi tu enérgica protesta delante de las cámaras de TV en la reciente
manifestación en favor de la reagrupación de presos y su transferencia
a cárceles cercanas a sus familiares, y con mejores prestaciones.
Vi como te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo y de lo
que supone económicamente para tí ir a visitarlo como consecuencia de
esa distancia. Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha
manifestación, así como el soporte que tuviste de otras madres en la
misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo
y que contabas con el apoyo de algunas organizaciones y sindicatos
populistas, comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de
los derechos humanos, ONGs etc. etc.

Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación.
Enorme es la distancia que me separa de mi hijo.

Trabajando mucho y ganando poco, idénticas son las dificultades y los
gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio sólo puedo
visitarlo los domingos porque trabajo incluso los sábados para el
sustento y educación del resto de la familia. Felizmente, también
cuento con el apoyo de amigos, familia, etc.
Si aún no me reconoces, yo soy la madre de aquel joven que se dirigía
al trabajo con cuyo salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a
sus hermanos menores,
y que fue asaltado y herido mortalmente a balazos disparados por tu hijo.

En la próxima visita, cuando tú estés abrazando y besando a tu hijo en
la cárcel yo estaré visitando al mío y depositándole unas flores en su
tumba, en el panteón.

¡Ah! Se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi
casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en
un colchón y comiendo todos los días. O dicho de otro modo: seguiré
sosteniendo a tu hijo malhechor.
Ni a mi casa, ni en el cementerio, vino nunca ningún representante de
esas entidades que tan solidarias son contigo para darme apoyo ni
dedicarme unas palabras de aliento.

¡Ni siquiera para decirme cuáles son MIS DERECHOS!

1 comentario:

  1. No entiendo parte de esta historia... Fue en Chile? Es una historia distinta a la de Taner?
    Aclaren un poco las entradas del blog... o seré yo que no las entiendo. Disculpen si así es.

    Saludos

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