jueves, 12 de septiembre de 2013

DIEGO Y NAKU... (DIARIO DE UNA AGONIA 97)

7 meses después del asesinato de mi hijo, es asesinado Diego el hijo de Nakuwaipa Gerdell un negro día de septiembre. Tenía 18 años y quería ser abogado. Oír a Naku hablar de Diego es imaginarlo, casi puedo oírlo porque cuando ella me habla de su hijo lo describe con paciencia, con detalles, con orgullo, con amor de madre... solo otra madre puede entender la magnitud de estos relatos... sólo nosotras, nadie más.

El día de la muerte de mi amado hijo, Naku llegó con su hijo Diego al sitio, me contó después que nos conocimos que ella y Diego lamentaron lo ocurrido con ese joven asesinado allí, conversaron sobre la pobre madre que acababa de perder miserablemente a su hijo… lejos estaban ambos de imaginar que 7 meses después DIEGO sería otra victima de la violencia, la inseguridad y la maldita impunidad de un estado cómplice por actuación y por omisión.

 Naku es otra madre que entierra a su amado hijo, la tragedia mas espantosa que mujer alguna pueda vivir. Cuando ella y yo hablamos nos entendemos, hablamos el mismo idioma de dolor, de rabia, de frustración, en cada gesto me identifico, nos han unido en torno al dolor, nos han sembrado el alma de impotencia, entrelazaron nuestras vidas para destruirlas y hundirlas en un abismo por el resto de nuestra existencia. La vida nos parece fofa, la supervivencia se hace pesada, los recuerdos nos fatigan, la injusticia nos demuele con sus brazos de púas, nos aplasta, nos condena… no tenemos el consuelo de la paz porque sin justicia no puede haber paz. Pero además porque tener que pedir justicia? Si lo ideal sería no tener que haber sufrido esta tragedia!!! ¿Por qué enterrar a nuestros hijos? Porque Diego no esta con Naku? A donde se fueron sus sueños?

 “si lo hubiese sabido.............. si lo hubiese sabido......hubiese dormido contigo toda la noche abrazandote, besandote y arrullandote...........un dia 12 fue el ultimo dia que dormiste en casa, ese dia no quisistes ir a la playa con nosotros, preferistes quedarte en casa.... Padre celestial, dale consuelo a mi alma que quiere estallar de dolor” Así habla Naku, la rabia de no haber presentido con claridad lo que le iba a pasar a nuestros hijos para poder protegerlos, para evitar esa tragedia… para que siguieran junto a nosotras… como saberlo?

Que rabia tan grande Dios mio! Igual yo… mi hijo me dijo ese día para ir a Valencia, y dije que no… después lo mande a comprar pan y nunca más regresó… Ni siquiera se como aún vivo… Hoy no quiero hablar con Naku, tampoco mañana... no se que decirle, no se como consolarla, no tengo mi hombro fuerte para apoyarla, en realidad no tengo fuerzas, sé que ella solo quiere que vuelva DIEGO pero eso no puede ser, entonces igual que yo, ella tampoco quiere nada más...

No importa cuanto hagamos, no importa si abrimos los ojos, no importa si hablamos, si nos peinamos, si caminamos, si respiramos… en el fondo no estamos vivas.