sábado, 22 de octubre de 2011

DIARIO DE UNA AGONIA (81) "NO SOY DE NINGUN LUGAR"

“NO SOY DE AQUÍ NI DE ALLA, NO ME HALLO EN NINGUN LUGAR”


Acostada en mi cama me quedo mirando cada cosa en ésta habitación... detallo las puertas… incluso el marco… las ventanas.. el bombillo del techo sin lámpara aún… miro, miro... trato de pensar en algo, de distraerme mientras me quedo inmóvil. Me levanto y doy algunas vueltas por el apartamento como sin saber que hacer, encerrada no en estas paredes sino encerrada dentro de mí misma.

Hay tantas cosas que hacer!!! Pero no me decido, solo veo cajas… bolsas, paredes vacías, entiendo entonces que es una mudanza que pareciera no tener fin. No me hallo en ninguna parte, siento que ningún lugar me pertenece, quizás sea yo la que no pertenece a ningún lugar, por eso no encuentro acomodo.

Me quedo recostada sobre mis almohadas y me repito sin convicción: “tengo que levantarme, tengo que seguir, vamos Bebeka… “………………..

Se supone que yo soy el ejemplo, se supone que yo soy la Balanza, se supone que YO soy la guía del grupo de “Las Zorraimas” … las mujeres de mi núcleo familiar, las aguerridas, las más arrechas, las que no abandonan las luchas, esas que aprendimos de la Matrona, mamá Clemencia… la supervivencia, la fuerza…… y ahora estoy aquí… mirando este techo, éstas paredes, estas puertas, este ambiente, sin los grillos en el jardín, sin el Araguaney, sin las orquídeas, sin las malangas que rodeaban todo el jardín y las ventana, sin los helechos, sin la mata de aguacate, la de nísperos y la de orégano que perfumaba la escalera de mi cuarto…..

Ni siquiera cuando amanece hay pájaros en mi ventana tropezando contra el vidrio…. En las mañanas apenas me levantaba me asomaba y podía ver la montaña y el copo del Araguaney…..

Mi mamá me decía: “Vente para el centro, tu vives lejos.. esas matas te dan mucho trabajo”

Ahora la veo a ella, mirando el piso por horas, se perdió en sus recuerdos, se inventó una nueva realidad más cómoda, huyó de lo que no quiere recordar quizás así duela menos, pero con su repentina huida de la realidad…. Yo la he perdido a ella también.

Huir. Nunca me pareció una salida, “las Zorraimas” siempre le hemos echado bolas a la vida.

¿la vida?..................................................................

Nos decimos las Zorraimas porque mi hermana a quien le decíamos “El negro” se llamaba Moraima….. (se llamaba) tiempo pasado como tantas cosas que tengo que mencionar en tiempo pasado…. Las que he perdido, las que ya no tengo.

Y una vez juagábamos Volibol y el equipo nuestro de las mujeres eran “Las Zorraimas” y el equipo de los hombres eran los “Tramparentes” aludiendo al presidente del CNE Carrasquero, que en la madrugada de un día hace años, nos anunciaba el megarobo, el megafraude que nos quitó el triunfo político….. y con ello, la esperanza de un cambio en el país que nos trajera la Paz que tanto ansiábamos.

Así que como ellos nos hacían trampas en el juego los Bautizamos como los Tramparentes….

“El Negro se fue” o mejor dicho “La Fueron”…… como a MI TANER, y como de alguna manera se ha ido mi mamá…. Porque así lo ha decidido ella, perderse en la memoria, huir de la realidad, y conservar los recuerdos de la infancia, sus caminatas por “La Peñita” allá en Chejendé, recordar la Vieja casa de bahareque frisada con cal y pintada de blanco… con aquellas puertas enormes de madera, y las ventanas chiquitas para que el frio no entrara…. Al fondo…. La hacienda, con café y maíz, caraotas.. el gallinero grande, habían unas chivitas… y hasta unos cochinos, una mata de mandarinas que eran chiquitas pero dulces, muchas matas de Guama dulcitas… una mata de mamón grandísima donde mi mamá Clemencia lavaba sobre una laja grande…..

Recoger el Junco para tejer las esteras era una proeza me contaba.. porque era un trayecto largo y empinado en ese pueblo montañoso… pero había que tejer las esteras y venderlas.

Yo llegué a ver siendo muy niña a mi tía Olivia tejer esteras con una velocidad increíble, era la más rápida de todas, las manos se movían como las alas de un colibrí… tenían un mesón en la sala y colocaban el junco sobre la mesa, mi tía Olivia en un lado y en el otro extremo Zenaida y mamá Clemencia, luego las enrollaban y las vendían en el pueblo y en algunos casos, iban unos señores a buscarlas a la casa por encargo; de eso vivían y de recoger café, hasta que mi tío Juan y mi tío Fernando se vinieron a trabajar en Maracay y entonces mandaron el dinero y mi mamá Clemencia puso una bodega que vendía de todo, como les conté en otro Diario.

Me contó una vez, que además de recoger café en otras haciendas, tejer esteras también cargaba agua en tinajas para otras familias que le pagaban un real…. Así se ayudaban y otro día me contó que tenían tanta hambre que molieron las pepas del mamón e hicieron una especie de arepas y fue lo único que comieron….

Otro día hubo una fiesta de disfraces y ella se hizo un vestido de papel de dos piezas, con una falda plisada y armada, la blusa era en cuello redondo ajustado a su cuerpo, incluso le puso unos botones hechos de cartón, ese vestido me contó ella que fue la sensación de la fiesta, el Juez y el jefe civil eran sus enamorados… tenía 17 años.

Cuando voy a Chejendé y converso con sus amigas de esa época me cuentan que era una mujer muy atractiva… que lucía un cabello abundante, tan largo y tan negro que le llegaba a la cintura, era menuda pero avispada, le gustaban las fiestas en casa de los Morillos-Valera allá en la glorieta, las Valera eran mujeres muy bellas y amigas de mi mamá, incluso se dice que Zenaida una de mis tías tuvo amores con Agustín Morillo que era un personaje misterioso que practicaba la magia y poseía un poder especial para atraer a las mujeres y hacer desaparecer las cosas, me dijo mi mamá que tenia el mejor caballo y el mejor sombrero que ella había visto… eran cuentos de los pueblos, mito o realidad? No lo se.. pero los cuentos eran entretenidos y siempre me quedó la inquietud de conocer a Agustín Morillo.

Escribo, les cuento y veo a mi alrededor… ahí están las cajas, las maletas, las bolsas…… Creo que no he terminado de desempacar porque no termino de llegar…. Porque quizás en el fondo creo que este no es mi lugar, tampoco tengo otro… en realidad no soy de aquí, ni de allá, ni de ningún lugar…. Me faltan demasiadas cosas importantes, demasiadas cosas que amo….